Tus donativos económicos pueden ayudar a Ricky a continuar con su tratamiento.
Ricardo, es alumno de mi escuela, hace 2 años, actualmente tiene 11 años, y cuando entró por la puerta de la cocina de la escuela, que es donde normalmente recibimos a todos los alumnos, vi a un niño blanco y de pelo negro con lentes y bajo ellos unos ojos muy vivaces y pícaros.
Recuerdo muy bien su sonrisa amplia, y su actitud era toda de jovialidad…
Hace un mes y medio, Ricky, mi alumno mas travieso de la escuela, mas alegre e inquieto, entró bien a la escuela, caminando, pero de repente se cayó: sus piernas no lo sostenían; lo sentamos en una silla y así pasó todo el dia, por supuesto le avisamos inmediatamente a su mamá.
La siguiente semana Ricky se quejó de que le dolía mucho el codo, y su mamá lo llevó a la Cruz Verde, donde le dijeron que era un esguince. Pero entonces decidí que el doctor de la escuela lo revisara.
El doctor mandó análisis y la siguiente semana nos dijo que era urgente que lo viera un hematólogo, por sus análisis tan mal.
Aquí termina la historia felíz de Ricky, mi alumno mas alegre y travieso de la escuela, y empieza la nueva historia:
Nuestro Ricky tiene leucemia linfoblástica: fue diagnosticado rápidamente en el Hospital Civil gracias a que una maestra de la escuela se movilizó por mar y tierra
El miércoles entrante será su primera quimioterapia, y mañana martes, le dirán el pronóstico a su mamá: hasta ahora mantenemos las esperanzas de que Ricky se cure!!!
Que esté entre los 7 de 10 niños con leucemia que se curan, que esté en el 85 % de los casos curables con su tipo de leucemia!!!
Hoy Ricky necesita de todas nuestras oraciones!
Necesita dinero para su tratamiento
Necesita que a su mamá la acompañen en el Hospital Civil, para ayudarla con todas las filas que tiene que hacer para medicina y estudios de Ricky.
Hoy por favor, a todas las personas que puedan leer esta carta, Ricky necesita que recen, que sus oraciones le den valor en su tratamiento, que no tema. Que no le falte el dinero a su mamá para seguir con todo, porque ha tenido que dejar su trabajo para llevar a Ricky al hospital, que encontremos personas que nos ayuden…
Los niños con Síndrome de Down como Ricky, tienen una gran fortaleza de espíritu, que no merma ante la adversidad. Tienen una gran fuerza de vida, que los hace luchar con alegría y pasión siempre, pero sobre todo, en ellos he reconocido una gran Fé en Dios, que los hace siempre esperar lo mejor y sentirse amparados por El.
¡La semana pasada Ricky lloró porque no va a poder ser el diablito de nuestra Pastorela, pero sonriendo ensaya su papel con mucha emoción! No sabe si va a poder salir en el teatro, pero disfruta de todos los ensayos, cuando va a la escuela
¡Quisiera ayuda para que Ricky sea otra vez, el alumno mas alegre y travieso de mi escuela!
Con todas las esperanzas,
Midori Kishi Bashi
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